Por vez primera en la cultura vasca se recopila en un solo libro una muestra gráfica de cientos de argizaiolak, paños, fuesas y hacheros; piezas que están directamente asociadas a los ritos funerarios, costumbres y tradiciones de nuestra cultura milenaria vinculada a la muerte.
El presente libro se centra, de manera muy especial en la argizaiola, un elemento en el que se conjugan y entremezclan la madera y la cera, y con esta última el fuego; del que antaño se servían las mujeres de la casa para trasladar el fuego del lar del hogar a la sepultura familiar de la iglesia; un elemento excepcional de la religiosidad popular que se empleaba en días señalados para que a los difuntos de la familia no les faltase la luz en su tránsito hacia la otra vida, hacia una vida eterna.
Detrás de cada una de estas piezas no solo hay un simbolismo y un trasfondo religioso, sino que hay también toda una filosofía de vida, un espíritu trascendental, una manualidad, un oficio, una transmisión generacional… La argizaiola representaba a la casa, al solar familiar, a la línea sanguínea; es genealogía pura hecha madera; es fuego, y como tal es luz para llegar a la otra vida; son piezas hechas para manos de mujer, no en vano la cultura vasca ha delegado en ellas, ¡y sólo en ellas!, la responsabilidad de iluminar a las almas de quienes nos precedieron.
Por vez primera, decimos, las páginas de un libro nos acercan a esta peculiaridad desde una visión gráfica como la que aquí encontramos. Nos invita este libro a sumergirnos en un aspecto de nuestra etnografía cuya llama se nos estaba apagando para siempre… y que es mucho más apasionante de lo que imaginamos.